En el marco de la Feria de Vilanova y la Geltrú, Edificios Positivos le invita a talleres, charlas y...
El confinamiento de estos últimos meses nos ha hecho caer en la cuenta de que en los edificios que habitamos tenemos espacios comunitarios desaprovechados, de los que no se hace uso y de los que se podría sacar más provecho. Unos de estos espacios son las azoteas comunitarios de los edificios donde vivimos, que han quedado relegados a la colocación de antenas y otras instalaciones técnicas, sin darnos cuenta en el gran provecho que se puede sacar en el uso y disfrute de toda la comunidad de vecindazgo.
Por otra parte, también hemos constatado la necesidad de tener espacios exteriores dentro de las viviendas. En muchos casos, estas viviendas no disponen de terrazas o balcones donde tomar el aire, y la cubierta puede ser un espacio exterior, anexo a la vivienda, donde poder hacer vida al aire libre.
La solución se encuentra en esta azotea comunitaria olvidada, que puede convertirse en un maravilloso jardín comunitario donde tomar el sol, incorporar terrazas, huertos urbanos y pérgolas que nos hagan sombra, ayudando así a aislar térmicamente el edificio y mejorar la calidad del aire de nuestra ciudad.
¿Cómo se consigue esto? Transformando la cubierta del edificio en una cubierta verde.